Sin perjuicio de lo dicho en el último ítem, también puede reconocerse, en situaciones aceptables de gestión, que ciertos sistemas “tienen como función última la consecución de metas o propósitos fijados con anterioridad” (ej.: objetivos de un programa de capacitación). Esto permite reconocer estados iniciales, intermedios y finales, hecho que favorece la posibilidad de evaluar procesos y resultados (Coll, C. Conocimiento psicológico y práctica educativa. España. Edit. Barcanova. 1988).
Retomando la cuestión del pensamiento sistémico, la mayoría de los autores suelen considerar que para lograr aperturas mentales conducentes a, por ejemplo, una concepción sistémica del mundo y su dinámica es necesario contar, entre otras variables, con cierta flexibilidad. Veamos algunos textos relacionados.
Las conexiones entre lo maravilloso y lo habitual (Perkins, D. Las obras de la mente. México. Fondo de Cultura Económica. 1988):
"Pero, qué hay del misterio de la isla de Pascua? Consideremos una parte: el levantamiento de las figuras de piedra. Habiendo reflexionado bien, Thor Heyerdahl adoptó una estrategia sagaz. Dijo al alcalde de la isla, descendiente de los antiguos habitantes, que le daría cien dólares cuando la más grande de las antiguas estatuas de cierto lugar se encontrara de nuevo levantada en su pedestal. El alcalde explicó que, siendo niño, se le había enseñado una tradición oral de sistemas para hacer tales cosas, hasta que pudiera repetirlas de memoria. Por qué no había revelado antes el misterio? Nadie se lo había preguntado, fue la respuesta".
"Ahí lo tenemos: el misterio de la isla de Pascua resuelto mediante una hazaña de ingeniería. Deseo indicar ahora algo que pudo pasarse por alto: la claridad de esta explicación. No es difícil imaginar cómo los once hombres lograron inclinar un poco la estatua. Podemos imaginarnos al alcalde colocando los guijarros y las piedras más grandes bajo la estatua para conservar aquellos milímetros de progreso. Podemos apreciar cómo este ciclo, repetido una y otra vez, llegó a levantar el monumento. Aunque el plan del alcalde ciertamente no era obvio antes de que él lo revelara, una vez revelado su lógica es clarísima. El enigma de cómo se levantaron las estatuas se reduce a simple sentido común".
"En suma, demasiado a menudo hemos perdido de vista las conexiones entre lo maravilloso y lo habitual".
Más allá de las propias ideas (Poe, E. La carta robada. En: Narraciones extraordinarias. España. Editorial Salvat. 1969):
"-La policía parisiense es sumamente hábil en su oficio. Sus agentes son perseverantes, ingeniosos y astutos, están versados a fondo en los conocimientos que requieren sus funciones. Por eso, cuando G... nos detalló la manera de efectuar las pesquisas en el hotel de D..., tenía yo entera confianza en que habían realizado una investigación satisfactoria, hasta donde alcanza su labor...
-Hasta donde alcanza su labor? -repetí-
-Sí -afirmó Dupin-. Las medidas adoptadas eran no sólo las mejores en su género, sino realizadas con una perfección absoluta. Si la carta hubiera sido depositada dentro del radio de sus investigaciones, esos mozos la hubieran encontrado, sin la menor duda.
Reí un poco simplemente, pero parecía haber dicho aquello muy en serio.
-Las medidas adoptadas -prosiguió-, eran buenas en su género. Y habían sido bien ejecutadas. Pero su defecto estribaba en ser inadecuadas al caso de ese hombre. Hay una serie de recursos muy ingeniosos que son para el prefecto una suerte de lecho de Prosciuto al cual adapta al cabo de todos sus planes. Pero yerra a todas las horas por excesiva profundidad o por demasiada superficialidad en el caso en cuestión. Muchos colegiales razonan mejor que él. Conocí uno de ocho años de edad, cuyo éxito como adivinador en el juego de "pares y nones" causaba la admiración universal... Naturalmente, tenía un sistema de adivinación que consistía en la simple observación y en la apreciación de la astucia de sus contrincantes...
-Es sencillamente -dije-, una identificación del intelecto de nuestro razonador con el del su contrario.
-Eso es -convino Dupin-... Y si el prefecto y toda su cohorte se han equivocado con tanta frecuencia, ha sido, primero, por carencia de esa identificación, y en segundo lugar, por la apreciación inexacta. O, más bien, por la no apreciación de la inteligencia con la que se miden. No ven ellos más que sus propias ideas ingeniosas, y cuando buscan algo escondido, sólo piensan en los medios que hubieran empleado para ocultarlo... No modifican en nada sus principios... Comprenderá usted ahora lo que yo quería decir al afirmar que, si la carta robada hubiera estado escondida en el radio de investigación de nuestro prefecto, y dicho de otra forma, si el principio inspirador hubiera estado comprendido en los principios del prefecto, la habría descubierto de un modo seguro...".
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